Frédéric Fornos sj
Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y del MEJ

Desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia FEBRERO 2016

Intención de oración UNIVERSAL

Por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.

Cuando escucho estas palabras de Francisco recuerdo el Evangelio, cuando san Mateo nos recuerda las palabras de Jesús: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” (Mateo 11,28). Jesús abre sus brazos y su corazón a todos los que están agobiados por el peso de la vida, que luchan para vivir, ellos y sus familias, todos los que sufren indiferencia, que son excluidos, marginados, rechazados.

Si Jesús, nuestro maestro y Señor, abre sus brazos y su corazón a todos los que son agobiados, cuanto más sus discípulos, cada uno de nosotros, nuestras comunidades cristianas, tendríamos que abrir nuestros brazos y nuestro corazón especialmente, como dice el Papa Francisco, a los pobres, los refugiados y marginados.

En una globalización de la indiferencia, donde la cultura del bienestar nos anestesia, la Iglesia nos invita a una cultura del encuentro.

En la Exhortación Apostólica “la Alegría del Evangelio” el Papa denunciaba una cultura del “descarte”, una economía de la exclusión y de la inequidad (n°53-54) y exhortaba a la solidaridad. Nuestras comunidades tendrían que ser lugares de solidaridad, de acogida y apoyo para todos los que sufren. «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros» (Jn 13,35).

Claro, nos puede ocurrir que tengamos miedo frente a la pobreza, la marginación, las personas extrajeras, desconocidas, provenientes de otras culturas, miedo que esto cambie nuestras vidas y nuestro bienestar, pero el miedo nunca es un buen consejero. El miedo no viene de Dios. «No tengan miedo» (Mt 14, 27) dice Jesús. ¡Hay tantos muros que se construyen por miedo a los demás! “Muros que encierran a unos y destierran a otros” como decía el Papa Francisco en el III Encuentro Mundial de los Movimientos Populares (noviembre 2016), pero proseguía: “todos los muros caen”.

Oremos para que no sea el miedo quien dirija nuestras vidas, pero la misericordia. El miedo decía el Papa “nos debilita, nos desequilibra, destruye nuestras defensas psicológicas y espirituales, nos anestesia frente al sufrimiento ajeno y al final nos hace crueles”. La misericordia, decía también, “es el mejor antídoto contra el miedo”.

Puedan nuestras comunidades abrir sus brazos y su corazón a los que son excluidos y marginados, agobiados y desesperados (Mateo 11,28). Oremos para que encuentren nuestra acogida y apoyo.

AUDIO Radio Vaticano

http://es.radiovaticana.va/news/2017/02/01/acoger_a_los_necesitados_intenci%C3%B3n_de_oraci%C3%B3n_del_papa_/1289708

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