

Frédéric Fornos sj
Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y del MEJ
Desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia NOVIEMBRE 2016
Intención de oracion universal
Que los países que acogen a gran número de refugiados y desplazados, sean apoyados en su esfuerzo de solidaridad.
La intención de oración del Santo Padre este mes de noviembre vuelve una vez más sobre drama de los emigrantes, refugiados y desplazados. Un tema sobre el cual el Papa Francisco está muy implicado desde el inicio.
Si. Es realmente un desafió para la humanidad. Siempre ha habido migraciones y refugiados. Mi propia familia, mis abuelos, eran refugiados españoles en Francia, huyendo la guerra civil. Escuché desde niño la tragedia que vivieron, sus sufrimientos, pues nadie se va a gusto de su país, de su tierra, de su casa, lejos de su familia y amigos: es siempre para sobrevivir. También escuché, aunque hubo también gente solidaria, cuanto fueron rechazados en Francia, y puestos en centros de retención. Esto se repite lo largo de la historia, aunque lo olvidemos, y olvidemos también que estos refugiados (en este caso españoles) apoyaron activamente la Resistencia “francesa” contra la ocupación Alemana, y después participaron a la reconstrucción post guerra de Francia.
Hoy el drama es probablemente mas macizo. ¿Qué hacer frente a esta tragedia? Desde el principio la Iglesia se ha movilizado para apoyar y acoger. Cuando el Papa fue en Lesbos, “cerca del sufrimiento de tantas familias expulsadas de su tierra por razones económicas o violencias” intentó despertar la consciencia de todos para que abramos nuestro corazón y brazos. A través de este drama es Dios mismo que nos llama en este año de la misericordia. Es también lo que dijo en Suecia, durante el encuentro con los hermanos/as Luteranos: “Para nosotros cristianos es una prioridad salir al encuentro de los desechados y marginados de nuestro mundo, y hacer palpable la ternura y el amor misericordioso de Dios, que no descarta a nadie, sino que a todos acoge”. Además agradeció a todos los gobiernos que asisten a los refugiados, a los desplazados y a los que solicitan asilo, porque “todas las acciones en favor de estas personas que tienen necesidad de protección representan un gran gesto de solidaridad y de reconocimiento de su dignidad”
El Papa Francisco volvió a hablar del drama de los refugiados en el 3ero Encuentro de Comunidades Populares, utilizando una expresión muy fuerte: “bancarrota” de la humanidad.
Sí, es una expresión que utilizó el Arzobispo Jerónimo de Grecia cuando el viaje del Papa en Lesbos. Francisco la subrayó con palabras muy fuertes “¿Qué le pasa al mundo de hoy que, cuando se produce la bancarrota de un banco de inmediato aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce esta bancarrota de la humanidad no hay casi ni una milésima parte para salvar a esos hermanos que sufren tanto? Y así el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio, y no sólo el Mediterráneo… tantos cementerios junto a los muros, muros manchados de sangre inocente”
Francisco dijo que el departamento encargado para la atención de estas situaciones, depende directamente de él.
Si. Frente a esta situación, la palabra que le sale espontáneamente es “vergüenza”. Vergüenza por nuestra indiferencia. Se siente tan cercano a los hombres, mujeres, niños, que viven esta tragedia, que le gustaría que se pudiese hacer mucho más, que podamos abrir nuestros brazos y corazones con generosidad. Ya sabe bien que todo no se puede pero también sabe que el miedo no es la respuesta, nos deshumaniza. Dijo a III Encuentro Mundial de Movimientos Populares: “Les pido que recemos por todos los que tienen miedo, recemos para que Dios les dé el valor y que en este año de la misericordia podamos ablandar nuestros corazones. La misericordia no es fácil, no es fácil… requiere coraje. Por eso Jesús nos dice: «No tengan miedo» (Mt 14,27), pues la misericordia es el mejor antídoto contra el miedo. Es mucho mejor que los antidepresivos y los ansiolíticos. Mucho más eficaz que los muros, las rejas, las alarmas y las armas. Y es gratis: es un don de Dios”.
Para Radio Vaticano