Frédéric Fornos sj
Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y del MEJ
Desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia OCTUBRE 2016
Intención por la evangelización del Papa Francisco
Para que la Jornada Mundial de las Misiones renueve en todas las comunidades cristianas la alegría y la responsabilidad de anunciar el Evangelio.
¿Cada año se celebra en octubre la Jornada Mundial de las Misiones, que cosa le parece especifico este año a la intención de oración que propone Francisco?
Si, cada año la Iglesia nos invita a despertarnos, pues tenemos tendencia a adormecernos. La actividad misionera, como dice Francisco, en la Alegría del Evangelio, « representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia » (n°15).
Por eso cada año la Iglesia nos invita a recordarla, recordar la misión en otros continentes, pero también en nuestras ciudades y barrios, en todas las periferias donde todavía no se escucha el Evangelio. La Jornada Mundial de las Misiones es como si cada año se nos enviara una invitación para que nos podamos preguntar: ¿mi vida tiene sabor de Evangelio? ¿Lo suficiente para que otros puedan reconocer en mi vida, a pesar de mis límites y oscuridades, el estilo de Jesús? ¿Mi experiencia de Dios, mi encuentro personal con Jesucristo, el Resucitado, me empuja a hablar de él a los demás, a compartir esta Buena Nueva?
Lo específico de este año es que este desafío para la misión de la Iglesia está claramente orientado hacia las comunidades cristianas.
El Papa Francisco dice en Evangelli Gaudium que “La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera” (21). ¿De dónde viene esa alegría?
Esta alegría llega en el corazón claramente cuando la comunidad está “en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres” (n 97). Puedo decir que mi mayor alegría siempre fue cuando iba por los caminos en itinerancia apostólica, al encuentro de los demás. Hice eso varios años con otros hermanos y hermanas de la familia franciscana, dominicana e ignaciana – soy Jesuita. Vivir a la manera de los apóstoles, es vivir en salida hacia los otros. Una comunidad cristiana vive eso cuando se descentra de si-mismo, y va particularmente hacia los más pobres, frágiles y excluidos, poniéndolos al centro de la comunidad. Recuerdo una parroquia donde varios jóvenes minusválidos o también con discapacidad mental participan al Consejo Pastoral activamente. Pedía mucha atención y cuidado a la comunidad, y no siempre era fácil, pero cuanta alegría y cariño despertaban en todos.
Esta alegría llega también cuando uno reconoce sencillamente la acción del Señor en su vida o en la vida de la gente, acompañándoles en lo que viven. Puedo decir que mis más profundas alegrías desde que visito las comunidades cristianas de la Red Mundial de Oración del Papa a través del mundo, es cuando he podido tocar la presencia de Dios, su acción aquí y ahora, y siempre fue cuando estaba con gente sencilla o pobre. Pienso porqué están más abiertos a su acción.
Por fin, esta alegría llega también cuando la comunidad evangelizadora celebra, da gracias al Señor y festeja por las maravillas que vive. La fuente es siempre nuestro encuentro comunitario con el Señor Resucitado.
¿Se podría decir que esta Jornada Mundial de las Misiones busca particularmente despertar nuestras comunidades cristianas, parroquiales?
Si, se inscribe en la dinámica iniciada por Evangellii Gaudium, el programa misionero de Francisco para la Iglesia. Este mes de octubre es una buena ocasión, para una comunidad parroquial, para ver cómo se dispone a esta dinámica.
Cuando en una parroquia rezamos juntos, vivimos una experiencia espiritual y la compartimos entre nosotros, celebramos, adoramos y nos comprometemos por los desafíos del mundo y de la misión de la Iglesia, nos transformamos en una comunidad fraterna y evangelizadora. Como dice el Papa Francisco: “A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis (…) Comunidades auténticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae.”
Recemos pues para que la Jornada Mundial de las Misiones renueve en todas las comunidades cristianas la alegría y la responsabilidad de anunciar el Evangelio.
Con Radio Vaticano
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