Su metodología está basada en la formación de comunidades, con una clara conciencia eclesial, en la vivencia de la oración, con tres fundamentos: el Evangelio, la Eucaristía y la Misión.
Su espiritualidad se ha nutrido de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, llegando a ser esencialmente una espiritualidad eucarística. Por esto tiene las siguientes características:
– Parte de la vida real de los niños y jóvenes, considerando la etapa física, psíquica y espiritual en el que se encuentran, ofreciéndoles una formación que toma en cuenta sus carencias y necesidades, y que desarrolle sus talentos y capacidades.
– Invita a vivir en la amistad personal con Jesús, uniéndose a su Corazón, mediante: la Oración, que enseña a encontrar a Dios en todas las cosas, la escucha de la Palabra de Dios y la celebración de la Eucaristía.
– Llama a ser apóstol, a vivir el servicio como ofrenda a la Iglesia y al mundo.
El MEJ busca conducir a los niños y jóvenes al conocimiento interno de Jesús y de su Palabra. Formándolos para ser capaces de encontrar al Señor en todas las dimensiones de su vida diaria, mediante una oración confiada al Padre y la celebración comunitaria de la Eucaristía.
Es un movimiento esencialmente eclesial, vive en, por y para la Iglesia. Está siempre al servicio de la Iglesia local y en coordinación con sus estructuras. Por lo tanto el MEJ forma personas en comunión con las estructuras pastorales de las diócesis, parroquias y colegios.
Esta pertenencia eclesial y de amistad con Jesús se presenta en tres ejes o pilares fundamentales vividos en comunidad para suscitar con otros un proyecto de vida siendo Apóstoles:
– Evangelio: Contemplar para vivir al estilo de Jesús.
– Eucaristía: Alimentarse y ser moldeados por la vida de Jesús.
– Misión: Colaborar en la misión de Cristo al servicio de las necesidades y desafíos de la humanidad.
Después que han pasado por las etapas propuestas, la Red Mundial de Oración del Papa les seguirá ofreciendo, a partir de los 25 años, un camino espiritual, para vivir la entrega cotidiana al servicio del Reino de Dios.Este camino espiritual, llamado “El Camino del Corazón” despliega en nueve etapas los tres fundamentos del MEJ.
La espiritualidad del MEJ, como la del AO, ambas de raíces ignacianas, es una espiritualidad eucarística. Por esto, tiene las siguientes notas características:
1. Vivir en la amistad personal con Jesús, uniéndose a su Corazón, mediante:
La atención al momento humano y espiritual del joven.
La oración, que enseña a encontrar a Dios en todo.
La escucha de la Palabra.
2. El corazón del MEJ es vivir esa amistad alimentada y modelada por la Eucaristía
Para nosotros, la Eucaristía es más que un rito al cual asistimos los domingos. Es alimento espiritual que nos transforma, es una invitación a hacer de ella nuestro modo de vida, “un modo de vida eucarístico”. Es una invitación a vivir al estilo de Jesús.
Para entender qué quiere decir esto, necesitamos entender el sentido que tenían para el mismo Jesús los gestos que realizó con sus discípulos la noche de la Última Cena.
3. El corazón del MEJ es compartir la vida y la misión de Jesús, en la Iglesia, al servicio de la justicia del Reino de Dios
Desafíos para la humanidad y la misión de la Iglesia.