QUE EL DIÁLOGO SINCERO ENTRE HOMBRES Y MUJERES DE DIVERSAS RELIGIONES, CONLLEVE FRUTOS DE PAZ Y JUSTICIA.
«la libertad religiosa […] no es sólo un don precioso del Señor para cuantos tienen la gracia de la fe: es un don para todos, porque es la garantía fundamental para cualquier otra expresión de libertad […]. La fe nos recuerda mejor que nadie que, si tenemos un único creador, todos somos hermanos...