Para defender los derechos humanos fundamentales hace falta coraje y determinación.

Me refiero a oponerse activamente a la pobreza, la desigualdad, a la falta de trabajo, de tierra, de vivienda, de derechos sociales y laborales.

Piensen que muchas veces los derechos humanos fundamentales no son iguales para todos.

Hay gente de primera, de segunda, de tercera y de descarte.

No. Tienen que ser iguales para todos.

Y en algunos lugares defender la dignidad de las personas puede significar ir a prisión, incluso sin juicio. O puede significar la calumnia.

Cada ser humano tiene derecho a desarrollarse integralmente, y ese derecho básico no puede ser negado por ningún país.

Recemos para que aquellos que arriesgan sus vidas luchando por los derechos fundamentales en dictaduras, en regímenes autoritarios e incluso en democracias en crisis para que vean que su sacrificio y su trabajo de fruto abundante.

Comunicado de Prensa  Comentarios intenciones 2021