

Frédéric Fornos sj
Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa y del MEJ
Septiembre 2018 – Intención de oración universal del Papa Francisco:
Recemos para que los jóvenes del continente africano tengan acceso a la educación y al trabajo en sus propios países.
Recuerdo cuando fui en Norte Kivu, al Este de Congo. Lo que me impactó más fue no solamente el número de jóvenes presentes – son más de 52 000 en la región de nuestro Movimiento Eucarístico Juvenil – sino su entusiasmo e interés en formarse. Aun cuando el contexto local sea difícil, con mucha violencia por la estabilización regional, así como por las condiciones de sanidad y de pobreza, estos jóvenes guardan esperanza. Encuentran la vida, la alegría, en lo mínimo que se les ofrece, sin desesperar. Viajé en Togo, Gabon, Camerún, Angola, Sud-África, Zimbabue, Mozambique, Madagascar, Uganda, Rwanda, Congo, Kenya, Etiopia, y siempre fue lo que más marcó: los jóvenes de África son la verdadera riqueza de este continente.
Lo que dijo Francisco en la última edición de El Video del Papa, en la cual pidió que los jóvenes africanos puedan acceder a una educación y a un trabajo de calidad sin la necesidad de emigrar. Para construir un futuro de verdadera esperanza es fundamental que todos los jóvenes africanos encuentren posibilidades en sus países. El Santo Padre lo ha dicho muchas veces.
Recordemos su viaje a Madagascar, en 2015. Insistió sobre la importancia ofrecer una propuesta educativa que enseñe a los jóvenes a pensar críticamente y les indique un itinerario de maduración en los valores (cf. Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 64). Dijo que los jóvenes, en África, “están llamados a defenderse de nuevas y desaprensivas formas de «colonización», como el éxito, la riqueza, el poder a toda costa, pero también el fundamentalismo y el uso distorsionado de la religión, e ideologías nuevas que destruyen la identidad de las personas y las familias”. Y “el camino más eficaz para superar la tentación de ceder a estos estilos de vida tan peligrosos – dijo – es invertir en el campo de la educación”. Pensemos en todo lo que hacen los colegios y escuelas católicos en África.
El acceso a la educación es un derecho humano fundamental. Reclama que los Estados cumplan su responsabilidad como garantes del derecho universal a una educación de calidad. Fe y Alegría, un movimiento de educación popular, presente en 17 países de América Latina y el Caribe, pero también en África (Chad, Congo, Guinea Conakry, Madagascar), subraya la importancia de la justicia fiscal para garantizar el derecho humano a la educación. Pensemos a todos los niños que trabajan desde una corta edad, tantos países donde las condiciones escolares son pésimas, con profesores que tienen que buscar un segundo trabajo para poder vivir. El acceso a la educación tendría que ser una prioridad y no las armas, así como el trabajo.
“Si un joven no tiene trabajo, ¿qué futuro le espera?”, se pregunta el Papa.
No olvidemos también todo lo que hacen los movimientos juveniles católicos al acompañar el crecimiento humano y espiritual de los niños y de los jóvenes. La pastoral también es importante en este itinerario educativo. El Movimiento Eucarístico Juvenil, rama juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa, presente en 20 países de África, está al servicio de una educación integral. Ósea para que además de una formación intelectual puedan tener una formación espiritual, comunitaria y apostólica.
Este mes de septiembre, que nos acerca poco a poco al Sínodo de los Obispos, recemos con toda la Iglesia por esta intención de oración del Papa. La educación y el trabajo son los pilares para que los jóvenes africanos puedan transformar la realidad de sus naciones.
VATICAN MEDIA